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Una de las principales ventajas de una terraza elevada es que no requiere ser instalada de acuerdo con la pendiente o inclinación de la superficie sobre la cual se coloca, como un techo o balcón. Esto permite que funcione como una extensión natural del suelo interior, brindando al usuario una comodidad excepcional. Una terraza ventilada drena eficazmente el agua a través de las brechas entre las losas o tablones, lo que significa que no se necesita una pendiente para un correcto drenaje del agua. Después de la lluvia, el agua puede permanecer en la superficie de la terraza, pero se evapora rápidamente. Es importante destacar que la tensión superficial del agua hace que los extremos de las losas o tablones se sequen ligeramente más lentamente, incluso en una pendiente. Este es un fenómeno natural que a veces puede interpretarse incorrectamente como un error de instalación o un defecto del material, pero se debe a las propiedades de la tensión superficial (similar a las gotas de lluvia en un cristal vertical).
Para terrazas ventiladas, recomendamos utilizar pendientes mínimas que varíen entre el 1% y un máximo del 2%. Estas ligeras inclinaciones son prácticamente invisibles para el usuario, al tiempo que drenan eficazmente el agua de la superficie de la terraza, proporcionando protección a las paredes, ventanas y puertas contra su impacto.